La provincia de Alicante lidera desde hace años las ventas de viviendas a extranjeros y esa fortaleza del sector inmobiliario y de la construcción pueden ejercer como auténtico «motor» para la economía de este territorio para remontar y salir de la actual coyuntura crítica de crisis por la pandemia del coronavirus.
My RentaliaLas sinergías y las inversiones de los promotores en la industria, en zonas de Alicante representan fortalezas que José Antonio Galán, socio director del despacho profesional Galán Consultores, analiza en esta entrevista para ABC.
José Antonio Galán, socio director del despacho profesional Galán Consultores, analiza en esta entrevista para ABC:
¿Qué papel o influencia puede jugar la construcción para la Costa Blanca, que lidera la venta de vivienda a extranjeros, para inyectar fondos en otros ramos de la economía local? ¿Qué sinergias se podrían explotar entre la actividad inmobiliaria y la industria u otros sectores?
En un momento donde el sector de la promoción está muy saneado, que su grado de profesionalización tras la última crisis y que no depende al 100% de financiación externa para sus proyectos, no debemos temer situaciones como las ocurridas en 2008. Más bien al contrario. El sector de la construcción puede ser un motor fundamental que sirva de tractor de la economía global de la provincia de Alicante. Este sector genera muchos puestos de trabajo, crea mucha demanda para otros sectores y está muy vinculado a otras industrias como la del turismo residencial.
Y se pueden –y ya se hacen– crear sinergias entre el sector inmobiliario y otras industrias. La provincia de Alicante tiene industrias diferentes muy vinculadas al inmobiliario con un fuerte componente en I+D+i, que impulsan las promotoras y que desarrollan estas empresas.
Por ejemplo, el sector del plástico en la Foia de Castalla, con capacidad de crear elementos para su aplicación en las viviendas. La industria tradicional de la persiana en el Vinalopó, hoy formada por empresas líderes en sistemas de aprovechamiento energético y bioclimáticos; o la misma industria de la piedra, que sigue invirtiendo y generando alternativas para los arquitectos y diseñadores de viviendas, también para la Costa Blanca.
En definitiva, en esta situación el sector inmobiliario y de la construcción podría llegar a ser una ventana de salida a la crisis.
¿Qué están haciendo las empresas alicantinas para prepararse después de que tengan que acabar los ERTE?
Muchas empresas han recurrido a la figura de los ERTES para minimizar el impacto de la crisis del COVID-19, pero se trata de una solución temporal en todo caso, y de menor recorrido en el tiempo para aquellos ERTES por fuerza mayor. Nos encontramos con compañías trabajando en la conversión de estos ERTES en la modalidad de causas económicas, técnicas, organizativas y de producción (ETOP), al disponer éstos de mayor flexibilidad que los de fuerza mayor, y permitir acompasar la incorporación de los trabajadores y sus costes, al nivel de recuperación de la demanda. En todo caso, el objetivo es encontrar el punto de equilibrio que les permita ser operativos y poder ofrecer sus servicios y productos con la plantilla ajustada a las necesidades de la demanda, y al mismo tiempo siendo prudentes para no sobrecargar la estructura de la empresa cuando la actividad no está recuperada al 100%.
Por otro lado, la disponibilidad de financiación y sus condiciones económicas ventajosas que suponen los créditos ICO ha fomentado entre los empresarios alicantinos un sentimiento de búsqueda de financiación para disponer de liquidez como previsión a posibles estrangulamientos financieros o tensiones de tesorería derivadas por la caída de las ventas como consecuencia de una crisis económica que se comienza a notar. Esta financiación extra tiene como objetivo fundamental el mejorar la capacidad de resistencia de las empresas y también el disponer de fondos necesarios para la adaptación del modelo de negocio a la nueva realidad que está por llegar.
En este sentido y derivado de la pandemia, muchas de las empresas alicantinas que conocemos están realizando cambios en su cadena de valor, adaptando y creando nuevos productos, servicios, o realizando cambios estratégicos en sus modelos de negocio para cubrir nuevas necesidades derivadas de la presente situación.
Lo mejor que pueden hacer nuestras empresas es utilizar todos los medios y herramientas de las que dispone nuestro sistema económico y jurídico para preparar al negocio a la reincorporación a la nueva realidad.Muchos expertos aportan ideas en estos momentos para que las empresas remonten cuanto antes y salgan de la actual crisis, ¿qué sugiere Galán & Asociados de forma diferencial del resto?
La cuestión principal es que no hay recetas únicas y antídotos generalistas. Cada empresa tiene su problemática y, por lo tanto, a cada una de ellas es necesario aplicarle una solución personalizada. No todo se arregla con un crédito del ICO o con la presentación de un concurso de acreedores. Hay siempre caminos intermedios y medidas adaptadas a cada empresa.
Es necesario en situaciones como esta, aprovechar para reestructurar la empresa. Potenciar lo que da valor y diferenciación con respecto al resto. Meditar bien las opciones para superar los momentos de crisis y ejecutar con todos los datos en la mano la receta que hayamos considerado más idónea. Nosotros no olvidamos un elemento muy importante y nuestro planteamiento es diferente, conocemos muy bien a la empresa familiar, somos parte de ella, y reconocemos el valor de uno de los activos de las empresas que para muchos despachos suele ser el último. Nos referimos al capital humano. Sí, es cierto que hay situaciones que son insostenibles y que requiere sacrificios, pero el empleado es un elemento que muchas veces puede ayudar mejor que cualquier otro a salir a flote. Conoce la empresa y conoce el negocio.
Trabajan con sectores muy representativos del tejido productivo alicantino (turismo, calzado, juguete, comercio, construcción, plástico...) ¿qué claves y estrategias recomendaría para este tipo de empresas, específicamente?
Nuestras empresas de la industria tradicional tienen un potencial muy fuerte, que es su gran especialización y conocimiento de sus respectivos sectores, su gran capacidad de penetración en los mercados internacionales y, sobre todo, la habilidad para hacer frente a las crisis y cambios de época. El sector del juguete lo muestra muy bien, como ha ido evolucionando hasta convertirse en la industria del plástico, de piezas industriales y técnicas desde este material, capaz de cubrir mil necesidades en sectores diferentes. Lo mismo que le ocurre al calzado, que crisis tras crisis, se reinventa así mismo.
Con este potencial, si se racionalizan la gestión, se potencia los mercados y productos que dan valor, que generan beneficios, se prescinde de aquello que lastra a las sociedades y potenciamos el talento dentro de la empresa, seguro que tienen muchas posibilidades de luchar por el futuro tras esta crisis. En estos momentos, se pueden acometer reorganizaciones de empresas que desarrollen nuestras fortalezas y disminuya a la máxima expresión nuestras debilidades.
Es cierto que el estado de alarma ha creado situaciones de tensión en tesorería y ha reducido su liquidez, generando importantes problemas. Pero suelen ser empresas con capacidad de maniobra, muy atractivas a las diferentes fórmulas de financiación y crédito. Además, con infinitas posibilidades de reinversión. Y una cosa hemos tenido clara en esta crisis, no podemos depender al 100% de la industria, la tecnología y la capacidad de producción de terceros países. En cierta medida, debemos asegurar cierta autonomía en el abastecimiento. Ese evidente retorno de los procesos de deslocalización -que no sabemos aún de su tamaño- pueden ser aprovechados por nuestras industrias a corto y medio plazo.
En My Rentalia, estamos para ayudarle. Nuestros expertos inmobiliarios locales de la zona le pondrán al corriente de cualquier duda o gestión que deseen realizar.